El hombre es un ser social por naturaleza, nuestra vida
transcurre relacionándonos con otras personas, por ello saber cómo comunicarnos
y cómo convivir con los demás es una de las bases para tener una vida
satisfactoria.
Como todas las facetas de nuestras vidas, la convivencia
necesita un aprendizaje. Desde que somos pequeños estamos relacionándonos con
otras personas, tanto en el ámbito familiar como en el colegio o el vecindario.
Vamos aprendiendo una serie de normas que van a regir nuestras relaciones sociales.
Los niños suelen ser egoístas e intentan satisfacer sus
deseos y caprichos en cada momento. Al tener contacto con otros niños es cuando
tienen que acostumbrarse a ceder y no pensar solamente en ellos. Para poder
convivir con los demás, empiezan a adquirir una serie de conocimientos y
reglas, que proceden tanto de sus padres y profesores como del propio contacto
con otros pequeños. Es lo que denominamos educación.
Este concepto de educación es fundamental en la convivencia
y comunicación con nuestros semejantes, y no debe entenderse únicamente como
una serie de normas y convencionalismos sociales que debemos utilizar al tratar
con extraños o con personas que no pertenezcan a nuestro entorno más próximo.
Por eso, también en el ámbito familiar o con nuestro grupo de amigos y
compañeros, debemos aplicar conceptos tales como tener paciencia, saber
escuchar, respetar las ideas y opiniones de los demás, hablar con respeto, etc.
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